"Me invito a que le ayudará , de ayudante del trabajador y el papá de él nos empezó a enseñar a hacer primeramente lo que eran las tapitas, parches, el forrado de tacón,suelas"
Desde muy joven don Guillermo Ochoa ejerció el oficio de zapatero, labor que aprendió a los 12 años de edad por su primer patrón quien le mostró la nobleza del servicio.
Años más tarde abrió su propio negocio sobre el centro de la ciudad , producto de su esfuerzo y dedicación fue forjando terreno,consiguiendo la aprobación y trabajo de grandes políticos y empresarios en del municipio.
"He tenido todo tipo de clientela aquí, tanto gente como humilde como gente de buena posición y todo el tiempo dándoles buen trato, buen servicio y es la gente que nos ha levantado a nosotros"
Como gran parte de los comercios,don Guillermo se vio afectado por la pandemia, luego de tres meses paralizado por la instrucción del gobierno, las deudas rebasaban su ingreso económico.
"Yo estuve a punto de cerrar mi negocito por que no había ni para pagar luz, ni para pagar renta,yo vengo de un ejido que económicamente simplemente para echarle gasolina a la camioneta que tenemos , ni para eso había, teníamos que venir a sentarnos a ver para afuera prácticamente por que no se acercaban los clientes, después de que yo abrí después de la pandemia"
A punto de cerrar ante la devastadora crisis, el respiro llegó gracias a una publicación en redes sociales donde de inmediato los clientes se acumularon a su puerta.
"El sábado a las 11 del día más o menos empezó a llegar mucha gente, se me hace bola aquí en el negocio, incluso gente ayudando económicamente y yo les decía que dinero no quería yo lo que quería era trabajo"
Siendo el pilar de su familia conformada por su esposa y un niño especial, implomara por trabajo en la confección de bolsas,cintos y calzado donde su arte va desde la reparación hasta la fabricación en cuero y pieles.
"Así como yo hay mucha otra gente que también ocupa y a mí trayéndome mi trabajito, salimos adelante"