Don Regino Flores, trabajador del ingenio azucarero desde 1967

Entre los rincones de la ciudad aún se escuchan historias del viejo Mochis que te transportan a las décadas de oro cuando el pitido del Ingenio Azucarero despertaba a los mochitenses desde las 5 de la mañana y por las tardes, los niños jugaban con los famosos ''negritos'' que caían del cielo.

Don Regino Flores, es un ex-trabajador del ingenio azucarero que trabajó en esta empresa durante 43 años, donde dedicó parte de su vida como intendente de envases de azúcar desde el 10 de diciembre de 1967, quien se dijo contento de haber participado no solo en una de las compañías más grandes de la ciudad, sino también haber dejado huella en los cimientos de Los Mochis.

''Era superintendente de envase y bodega de azúcar, ahí trabajé mucho tiempo, antes trabajé en una compañía que era lo mismo, era la que se encargaba de distribuir azúcar''

En ese tiempo, Don Regino explicó que la ciudad era próspera y progresiva con mucho potencial de crecimiento, la gente contaba con buenos empleos y había mucha derrama económica que permitía llevar el alimento a la mesa.

''Es que el ingenio derramaba mucho dinero, en el sector obrero, en el sector de comercio y luego el campo, era mucho el dinero que se derramaba y se sintió''

Fue en el año 2010 cuando la empresa azucarera apagó sus calderas y cerró sus puertas, diciendo adiós a una de las empresas más productivas de la ciudad, de donde subsistían cientos de familias mochitenses.

A pesar de este cierre, Don Regino cuenta que la ciudadanía logró acomodarse en otros trabajos y supo adaptarse a la ciudad sin el ingenio, sin embargo, recuerda con mucho cariño aquella ciudad con los vientos con olor a caña.