Los hechos violentos ocurridos el pasado jueves en Sinaloa desencadenaron efectos negativos en la salud de la población pero también trastocaron la actividad productiva.
Por un lado, el campo, una de las principales actividades de la que depende la economía en la entidad se paralizó durante dos días, sin cortes, empaque y envió de los diversos productos hacia la frontera y al interior de la republica mexicana.
"Todos estamos trabajando con cierto temor pero es algo que no se puede parar, claro que ha afectado tanto en los cortes como en el traslado": Marte Vega Román, presidente de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES).
La actividad comercial, otro sector afectado, la Cámara de Comercio estima que las pérdidas fueron significativas tras dos días de parálisis, la afluencia de clientes disminuyó en días posteriores al jueves negro. El golpe más fuerte se registró en la capital del estado en donde se registraron saqueos.
"Nos sentimos completamente desamparados, impotentes de vivir este tipo de situaciones": Víctor Damm Ramírez, presidente de la Cámara de Comercio en Los Mochis.
El transporte de pasaje regional resiente también los efectos del llamado Jueves negro, hasta hoy la demandan del servicio no se ha normalizado.
De acuerdo a especialistas, la violencia que se vivió afectó también la salud de las personas, provocando cuadros de estrés, ansiedad y depresión principalmente en las personas adultas mayores.