"Yo soy una señora que vende dulces y a penas me alcanza para mal comer y yo compro tortillas o compro petróleo o compro veladoras y así, y en veces nos quedamos sin tortillas por comprar lo que es petróleo de la cachimba" -María del Pilar Aguilar Leal, precarista.
En Sinaloa, hay 18 mil 162 habitantes que no cuentan con electricidad en sus hogares, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), tal es el caso del a señora María del Pilar Aguilar Leal, que por el rezago económico en el que vive no cuenta con una casa, orillándola a construir su hogar de manera improvisada en la periferia de la ciudad.
Habitan con ella su esposo y sus 2 hijas, las cuales no tienen acceso a la educación a distancia por falta de televisión.
La inclemencia de las temperaturas de verano es el menor de los problemas, ya que la falta de electricidad deja a oscuras su hogar, el cual, tienen que iluminar atreves de cachimbas y veladoras, representando un riesgo latente a incendios, sin mencionar los humos tóxicos que afectan la salud de la familia.
"Ya tenemos 19 años que estamos sufriendo de moscos, del humo de la cachimba, veladoras, de raidolitos, y mis niñas ya se están enfermando del pecho, yo hace poco me acabo de aliviar de principios de bronquitis" -María del Pilar Aguilar Leal, precarista.
La señora María a solicitado el apoyo de las autoridades municipales para tener una vivienda digna, y contar con el servicio de electricidad, el cual ella se compromete a cumplir como usuario, sin embargo no ha tenido respuesta.
Ella, al igual que cientos de familia, se ven obligadas a continuar viviendo en estas deplorables condiciones por la falta de oportunidades de salir adelante.