GUAMÚCHIL, SALVADOR ALVARADO.- Las comunidades del sur de Salvador Alvarado llevan años sin ser atendidas por parte de las administraciones gubernamentales. Mientras que Tamazula II, cabecera de la sindicatura de Villa Benito Juárez, es una comunidad en desarrollo, la sindicatura de Cacalotita, enfrenta un estancamiento debido a la falta de apoyos gubernamentales y servicios básicos.
"La gente nos pide mucho que se raspen los caminos, que se pavimente, pues no ha habido una pavimentación últimamente". Manifestó Jorge Leopoldo Inzunza Félix, sindicó de Cacalotita.
Las comunidades del sur carecen de proyectos que fomenten su progreso. A pesar de las gestiones realizadas por los residentes, la respuesta de la alcaldesa Guadalupe López ha sido escasa o nula.
Esta situación contraviene la Ley de Gobierno Municipal del Estado de Sinaloa, que en su artículo 38, fracción 17, establece que el presidente municipal debe visitar al menos dos veces al año los centros poblados del municipio para evaluar el estado de los servicios públicos y atender las problemáticas de los vecinos, sin embargo, desde su toma de protesta el 31 de octubre de 2024, su ausencia ha generado un sentimiento de abandono entre los habitantes, evidenciando la falta de compromiso de su gobierno.