El municipio de Choix sigue sin recuperar la paz
Desde el sábado 29 de marzo, la tranquilidad de sus comunidades fue quebrantada por una jornada de violencia que dejó casas incendiadas, familias desplazadas y un miedo persistente que no ha sido disipado ni por la presencia militar.
En las comunidades de Bacayopa y Yecorato, habitantes relatan ataques con drones incendiarios, saqueos y enfrentamientos entre grupos criminales que convirtieron su entorno en un verdadero campo de guerra. Decenas de viviendas quedaron reducidas a escombros, y muchas familias huyeron con lo poco que pudieron cargar. "Fue un infierno", confiesan, con el rostro cubierto y el nombre reservado por temor a represalias.
Lejos de generar seguridad, la instalación de un grupo militar en Bacayopa ha traído consigo nuevas preocupaciones.
Algunos habitantes denuncian presuntos abusos de autoridad cometidos por elementos del Ejército, lo que ha agravado la incertidumbre entre quienes aún resisten en sus comunidades.
A más de una semana de los hechos, el silencio de las autoridades es ensordecedor.
No hay cifras oficiales sobre cuántas personas han sido desplazadas ni sobre el número exacto de comunidades afectadas. Mientras tanto, en la sierra de Choix, el miedo sigue, la esperanza se desvanece ante la ausencia de acciones contundentes por parte del Estado.
Pobladores han tenido que dejar sus casas, sus animales, sus tierras y su historia. Han huido para salvar la vida, pero con el sentimiento de que han sido dejados a su suerte. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta cuándo el gobierno permitirá que Sinaloa siga perdiendo territorio a manos de la violencia?