A través de un escrito en redes sociales dirigido al Presidente Municipal electo del Municipio de Ahome , Gerardo Vargas Landeros investigadora de la Universidad Autónoma Indígena de México, María Dolores García alzó la voz en oposición a la construcción de la planta de amónico por los daños ambientales que esta podría causar.
El documento con el que pretende hacer eco argumenta lo siguiente:
Es de sabios cambiar de opinión, dice un refrán popular, y usted lo entendió muy bien pues dando un oportuno y certero golpe de timón, calificó (y ganó) en el repechaje, como dice el argot futbolero. Y que bien que así haya sido, pues de seguro lo animó la oportunidad de gobernar el municipio siguiendo la línea trazada por nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los humedales del mundo son nuestro ecosistema más amenazado. La creciente destrucción de áreas naturales, especialmente de manglares y médanos, bajo la engañosa premisa de desarrollo sustentable, contribuye enormemente a desestabilizar la vida del planeta en que vivimos, la ÚNICA opción habitacional que tenemos.
Desde el año 2009 y bajo el folio 2025, el sistema lagunar Topolobampo-Ohuira-Santa María, está registrada como área protegida en la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, conocida como la Convención de Ramsar. Es el único tratado mundial que se centra en un único ecosistema.(Ramsar, Irán, 1971). Tratado que no fue impedimento para que de manera criminal y en aras de negocios privados, se secaran muchísimas hectáreas de manglares. Claro, todo con la previa bendición de autoridades y funcionarios "competentes".
Lo anterior viene a colación a propósito de las declaraciones hechas por usted), donde se compromete a impulsar la planta de fertilizantes en la Bahía de Ohuira. De ninguna manera significa que estoy en contra de las inversiones que reanimen la economía regional y que sean generadoras de empleos, pero radicalmente sí estoy en contra de que esto sea a costa de la destrucción del ecosistema y de contaminar el medio ambiente con emisiones de gases y desechos tóxicos.
Por tratarse de una industria de agroquímicos, los recursos naturales tales como manglares, los médanos y los humedales, principalmente, se verían gravemente dañados, así como la fauna, tanto marina como terrestre, lo que, por ende, afectaría seriamente la actividad pesquera; actividad que por décadas ha sido y es el principal recurso para el sustento de cientos de familias que viven en los ejidos y en los campos pesqueros que circundan la bahía.
Además, está el hecho de que donde se pretende instalar dicha planta, es propiedad ancestral de los pueblos indígenas yoremes-mayos aledaños a la bahía, quienes aducen que a ellos en ningún momento se les consultó al respecto, ya que según el Acuerdo 189 del también Acuerdo Internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sobre la autodeterminación de los pueblos indígenas y el derecho de consulta para el uso de suelos de su propiedad, cuando se pretende llevar a cabo un proyecto de este tipo en áreas con las características legales del terreno en conflicto, es obligado hacer una consulta con estos pueblos, consulta que el grupo empresarial GPN en flagrante violación pasó por alto.
De acuerdo a las declaraciones de los diferentes líderes camarales y de poderosos empresarios agrícolas y fuertes agricultores a favor de que se construya la planta para producir nitrato de amonio, la pregunta y a la vez sugerencia personal, es esta: Sin son tantos los beneficios para el sector agrícola e inocuos sus vapores y deshechos, ¿Por qué no instalar la planta en algún predio agrícola de Corerepe, de Santa Rosa, o de las magníficas tierras frijoleras de Higuera de Zaragoza? O simplemente, en la zona industrial. Su instalación en la Bahía de Ohuira no les traería ningún beneficio a los pescadores sino todo lo contrario, ya que para ellos sería prácticamente el fin de sus actividades pesqueras.
No es aumentando la producción agrícola a costa de sacrificar la actividad pesquera, como se puede resolver el problema alimentario. El mar, al igual que la tierra, son por antonomasia, los proveedores de alimentos para toda la población mundial pero sus recursos no son inagotables, por lo que ambos necesitan de nuestro cuidado y, sobre todo, de nuestro respeto.
" Es una suplica que se le hace de que no permita eso , no podemos a costa de fregar a la pesca proteger a otro sector"