**Junto a su hija de cuatro años, la joven madre obtiene unas monedas que de buena voluntad le brindan ciudadanos. Quiere reunir el pasaje para regresar a su país**
Guasave.- Hay muchas cosas que les pueden pasar a los migrantes durante su travesía por México, recorrido obligado para quienes van en busca del sueño americano. Keylin Maryuly Vazquez, de 26 años de edad, es originaria de Atlántida Honduras.
Junto a su hija de cuatro años ha conocido la parte buena, noble y servicial de los mexicanos, pero también los peligros que merodean en esta sociedad, donde ellos son una población todavía más vulnerable que los mexicanos, expuestos a asaltos, robos, violaciones y discriminación. En su caso, señala, sólo una vez la han asaltado, pero dentro de todo considera ha tenido buena suerte.
La pobreza y la delincuencia es lo que la orilló a salir de su país, en Coahuila tuvo a su hija, de ahí siguió hacia territorio estadounidense y aunque logró cruzar, fue deportada y ya no puede reingresar.
En Guasave lleva cerca de un mes, la gente se porta bien, asegura y es que si bien no todos bajan el cristal de su automóvil para brindarle unas monedas, en el crucero donde se coloca a pedir ayuda para alimentarse, hay quienes si lo hacen y gracias a esto no ha pasado hambre.
Maryuly estima que va a seguir aquí durante dos semanas, su objetivo ahora es regresar a su país, pero para eso necesita reunir cuando menos 9 o 10 mil pesos, su nuevo sueño es poner un negocio en su natal y ahí sobrevivir junto a su madre y su hija.
En el municipio no hay casa de asistencia para el migrante, sin embargo de unos años a la fecha es común ver a esta población en los cruceros buscando algún tipo de ayuda. En el caso de Maryuly sostiene que hasta el momento ninguna autoridad se ha acercado a ofrecerle apoyo, aun cuando trae siempre consigo a una menor, quien al haber nacido en este territorio es de nacionalidad mexicana.