Guasave.- Para Kevin, un menor que habita en la colonia Revolución, el levantarse temprano, tomar su botella de agua con jabón y comenzar desde las 7:00 horas con su labor como limpia vidrios es algo normal.
Nadie lo obliga a hacerlo, señala, sin embargo en casa el dinero no abunda y con lo que el realiza tiene la oportunidad de traer siempre unas monedas en la bolsa y apoyar en el hogar cuando se necesita algo. En casa son cinco: mamá, su padrastro, él y dos hermanos, sólo su hermanita pequeña es la que no aporta económicamente, de ahí en fuera todos colaboran, pues el dinero no alcanza.
No ha dejado la escuela, y no pretende hacerlo, y es que aunque le gusta limpiar cristales, ese no es el futuro que anhela. Él de grande quiere estudiar criminalística o algo que se relacione con seguridad.
Kevin ha conocido la bondad y amabilidad de los conductores, en algunos casos hay quienes lo han sorprendido hasta con 100 o 200 pesos, pero también están los que son groseros, a esa gente mejor ni le hacen caso, señala.
El junto a un grupo de niños y adolescentes más, así como algunas personas adultas, forman parte de quienes ven el crucero un lugar para trabajar y ganarse unos pesos.