El programa "Jóvenes Construyendo el Futuro" es un esfuerzo significativo del gobierno federal para combatir el desempleo en la población joven del país. Sin embargo, a pesar de que el objetivo es bueno, la ejecución de dicho programa ha desatado una serie de problemas que han generado controversia y preocupación.
Para el sector empresarial, los programas sociales de la administración pública federal son uno de los factores que obstaculizan la creación de empleos formales en el país.
"El día anterior de haber renunciado un mesero y cuándo le preguntó porque, le dijo, mira el gobierno me da 5 mil 200 pesos por ser joven construyendo el futuro, a mi hermana otros 5 mil 200 a mi mamá 3 mil 800 por adulto mayor con eso tenemos ya no tenemos que trabajar": José Medina Mora Icasa, presidente Nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex)
Se estima que, actualmente hay entre 1.2 y 1.6 millones de vacantes laborales que las empresas mexicanas no pueden cubrir, las compañías tienen serias complicaciones para encontrar personal especializado que acepten trabajar en un formato presencial.
Uno de los problemas más destacados del programa es la falta de supervisión y evaluación adecuada de las empresas y organizaciones que participan como tutores.
Algunos tutores no cumplen con esta premisa y utilizan a los jóvenes becarios como mano de obra barata sin brindarles oportunidades reales de aprendizaje y desarrollo.
Otro problema importante es la falta de transparencia en la asignación de becarios a las empresas. A menudo, se han reportado casos de nepotismo y favoritismo en la selección de tutores, lo que socava la equidad del programa y genera desconfianza en su proceso de asignación.