Verde, rojo, dorado o de colores son ondeadas por el viento mientras decoran cada una de las posadas mexicanas, contienen dulces, cacahuates o mandarinas y esta tradición milenaria heredada de oriente ahora forma parte de los hogares durante las festividades decembrinas: la piñata de estrella.
Más de 11 años son los que Elizabeth se ha dedicado a elaborar este artesanal producto, por curiosidad y como tradición familiar aprendió cada detalle de su conformación, finalmente se sumó a la producción de la misma en la ciudad de Los Mochis. La demanda de las piñatas incrementa hasta en un 100 por ciento durante el mes de diciembre, por lo que con meses de anticipación se prepara para su venta.
"Incrementa mucho la venta, hasta en un 90 por ciento, es la temporada alta y son las estrellas las solicitadas", señaló Elizabeth Plasencia, quien realiza piñatas durante todo el año.
La piñata es una tradición mexicana que se mantiene viva en las fiestas decembrinas, en cada posada no puede faltar una piñata que representa la estrella de Belén, estas deben de contener siete picos, que a su vez significa los siete pecados capitales. Pegarle a las piñatas en las posada sigue siendo una de las costumbres mexicanas que se mantiene viva entre la población.
Su elaboración ha pasado de generación en generación entre algunas familias sinaloenses y de México, cada una un resultado manual y creativo por parte de sus productores.
"Es el globo, se infla, se empapela con periodico y engrudo, después de que se seca, que depende del sol, se ponen los alambres para poner los conos y finalmente realizar el decorado.
-¿Qué colores se prefieren?
- El rojo, el verde, el dorado son las más tradicionales", compartió.
Pero, ¿Qué representa una piñata de estrella? Cada elemento tiene un significado: Los siete picos simbolizan los pecados capitales: ira, envidia, gula, lujuria, avaricia, soberbia y pereza; el palo, que es utilizado para pegarle simboliza la fuerza que vence al mal; los colores brillantes representan las vanidades y tentaciones del mundo; los frutos y dulces, son la recompensa por vencer el pecado.