Repuntan infartos por excesos en consumo de alimentos y alcohol

Con la llegada de las festividades decembrinas llegan también los excesos con la comida, el alcohol o el estrés ,según médicos especialistas en esta época del año las muertes por infarto de miocardio son más probables, especialmente entre las personas más vulnerables.

"Los factores de riesgo para que una persona padezca un infarto son fumar, padecer presión arterial alta , ser diabético y tener el colesterol elevado"

Los infartos al miocardio son una de las 10 principales causas de muerte en Sinaloa al registrase en el año, de dos mil a dos mil 400 defunciones principalmente en personas mayores de 40 años de edad, aunque también se han visto casos de jóvenes de 20 a 30 años con este padecimiento.

" En los hombres a partir de los 40 años, si tiene factores de riesgo es mayor en el hombre que en la mujer , las mujeres antes de la menopausia están protegidas por los estrógenos , una mujer después de los 50 años si tiene factores de riesgo empieza a tener incidencia de infartos"

Las enfermedades del corazón generalmente son problemas crónicos derivados de estilos de vida insalubres y aunque algunas tienen factor genético, las principales causas son el sedentarismo o falta de ejercicio , así como la diabetes, la hipertensión y la obesidad causados por alimentación alta en consumo de sal, azúcar, grasa y harina refinada.

La Secretaría de Salud en Sinaloa implementó el programa de tamiz cardiaco a los niños recién nacidos en los hospitales generales de Los Mochis, Culiacán y Mazatlán ,esta prueba ayuda a detectar problemas cardiacos desde el momento del nacimiento para de esta manera atenderlos a tiempo.

Para evitar los fallecimientos por infartos, es importante saber reconocer los síntomas y señales de alarma, los cuales pueden advertir cuando es momento de conseguir atención médica urgente.

Algunas son:

Presión, ardor, tensión o molestia opresiva en el pecho.

Molestia constante que puede parecer indigestión.

Presión incómoda en el pecho que se extiende a los hombros, brazos, cuello y espalda.

Mareos, desmayos, sudor o malestar de estómago.

Dificultad para respirar.

Debilidad, náuseas, ansiedad o cansancio.