La comunidad de Patamban, perteneciente al municipio de Tangancícuaro estaba conformada en su 100% por artesanos, al menos un integrante de cada familia se dedicaba a la alfarería, sin embargo, actualmente, el 50% de estos desertaron pues al ser una de las comunidades más alejadas de la capital michoacana, no son reconocidos por su labor y los recursos son escasos.
Guadalupe Gil, artesana de Patamban, señaló que esto se acrecentó durante el covid, ya que los tianguis y festivales pararon, pero el trabajo en el campo no, por lo que la gran mayoría partió al trabajo jornalero en el municipio. Los que decidieron cambiar de labor ya no regresaron al darse cuenta que en el trabajo artesano se debe de invertir y no es valorado.
Por su parte, el presidente municipal de Tangancícuaro anunció que fueron aproximadamente 45 artesanos que se marcharon de la actividad. Las piezas tardan en concluirse alrededor de una semana y posteriormente se suma el tiempo que tarden en venderla, sin embargo, el precio estimado que le pueden ganar a esas piezas son 1500 pesos.
Arturo Hernández Vázquez, presidente de Tangancícuaro: "En temporada de corte, berrys, fresa, frambuesa, moras, puedes ganar hasta 4500 pesos en una semana, entonces qué quiere decir esto, pues que las nuevas generaciones a su tradición, a defender y cuidar su cultura pues mejor se adaptan al tema de los jornales".
Patamban es un pueblito purépecha célebre por su artesanía en barro verde y sus tapetes florales. Su loza de barro bruñido y vidriado tradicional en sus diferentes tamaños y formas son elaborados con las técnicas tradicionales, usando como materia prima elementos como el barro, el óxido de plomo, la tierra blanca, entre otros que dan forma a diseños distintivos del producto artesanal de la comunidad.
En cada pieza se ve la dedicación, la entrega y el corazón que cada artesano pone a la hora de la recolección, elaboración y la decoración.