Los alumnos de la Escuela Secundaria 168 en Morelia toman clases en condiciones precarias, ya que no cuentan con aulas de concreto, drenaje o un techo que los cubra totalmente del sol o la lluvia.
En los límites de la ciudad, en el fraccionamiento Villas del Pedregal, maestros y padres de familia levantaron desde cero la escuela de palitos que hoy es el centro educativo de alrededor de 600 alumnos.
Jennifer Valdovinos, profesora: "Pues tenemos aquí falta de los sanitarios, que carecemos mucho de agua aquí en Villas del Pedregal en general, entonces ha sido una dificultad muy grande, los espacios, las aulas, hay muchas que todavía tienen terracería, no hay suficiente mobiliario, entonces es las carencias que vivimos día a día aquí con los estudiantes".
En la secundaria hay estudiantes que tienen discapacidades motrices, los padres adaptaron una rampa y un barandal para que puedan trasladarse pues la Secretaría de Educación no proporciona aún material para la infraestructura de la escuela que ya cuenta con la validez para operar.
Jennifer Valdovinos, profesora: "Ya es nuestro tercer ciclo escolar trabajando, los maestros que estamos aquí somos aproximadamente 14 docentes, entonces si tenemos muchas carencias porque tenemos una gran matrícula de alumnos y ya no nos damos abasto para atender a todos los alumnos que tenemos".
Más que solo dar clases, los profesores realizan trabajo extra al aportar al mejoramiento de la secundaria con horas extra que no son remuneradas monetariamente, solo con el agradecimiento de padres y alumnos.
Jorman Rivera, profesor: "Los mismos padres de familia tuvieron una situación porque para ellos es desesperante en las situaciones como estamos, los riesgos que llevan sus mismo hijos, hay muchos, inclusive por las condiciones los bichos, alacranes, entonces es complicado ahí esa situación".
Nataly Arreola, alumna: "No podemos tener nuestras actividades como se requiere ni como se ocupan, por ejemplo si es afuera y que esté lloviendo no se puede hacer ya que no hay un techo a una, algo que nos pueda cubrir".
Entre láminas, lonas de propaganda política y escasez de espacios para realizar las necesidades básicas, pasan 8 horas al día los adolescentes que hoy siguen esperando la actuación de las autoridades educativas de Michoacán.