Desde 2003, ininterrumpidamente, Morelia se ha convertido en la capital del cine mexicano.
También se ha transformado en la capital mexicana de la cinematografía mundial, con la participación de destacados talentos mexicanos e internacionales.
Aunque fue un 3 de octubre de 2003 cuando arrancó la primera edición del FICM, la historia del festival se cuenta desde varios años, antes.
En los albores del siglo XXI, la industria del cine mexicano resurgía después de una difícil racha, la producción de largometrajes era escasa y los jóvenes cineastas necesitaban un espacio para mostrar sus trabajos.
Para 1994, Daniela Michel, fundadora y directora general del FICM, había creado junto con Enrique Ortiga las Jornadas de Cortometraje Mexicano en la Cineteca Nacional, un evento único en nuestro país que buscaba agrupar y difundir el trabajo de jóvenes directores mexicanos.
Después de varias ediciones de las Jornadas de Cortometraje en la Cineteca Nacional, nació la necesidad de hacer un festival dedicado al cine mexicano. En 2001, Daniela Michel le propuso a Alejandro Ramírez llevar a Morelia las Jornadas de Cortometraje Mexicano, con el fin de descentralizar la exhibición de las obras de nuevos talentos nacionales y continuar con la promoción del trabajo de una generación de realizadores.
A principios de 2002, el arquitecto y promotor cultural michoacano, Cuauhtémoc Cárdenas Batel, quien ya tenía la intención de realizar un encuentro de cine en el estado, se unió al proyecto. Los tres vincularon sus ideas y le dieron forma a lo que se convertiría en el Festival Internacional del Cine de Morelia.
Es así que este año, se celebra la 21 vigésimo primer edición del FICM.