Lograr el desarrollo sustentable precisa de la convergencia de la protección de la naturaleza y el crecimiento económico, proceso que se fundamenta en el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial, señaló Ricardo Luna García, titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Territorial (Semaccdet).
Este es un instrumento de política pública con el que se maximiza el consenso y se reduce el conflicto ambiental en la sociedad, para lograr el desarrollo económico en condiciones de respeto y salvaguarda de los ecosistemas y los servicios ambientales.
Para ello contiene la ubicación geográfica de las actividades productivas y humanas; el uso del suelo, y las zonas de conservación y restauración, lo que le convierte en un mecanismo privilegiado para dar certidumbre y reglas claras sobre el aprovechamiento de los recursos naturales, detonar las economías y preservar el entorno.
Impacta a la población al
conocer y delimitar las vocaciones del territorio, lo que es fundamental para impulsar la atracción de inversiones públicas y privadas, ya que los capitales productivos podrán asentarse en la entidad, una región o un municipio sin desencadenar conflictos sociales derivados de afectaciones al ambiente y los servicios ecosistémicos.
Esta certeza es el primer paso para fomentar la atracción y la consolidación de fuentes de empleos y generadores de riqueza para las poblaciones, con mínimos impacto en el medio ambiente y compromiso para el acceso a los habitantes del territorio a satisfactores como agua potable, aire limpio y regulación de las temperaturas ambientales.
Una menor conflictividad social por cuestiones ecológicas incentiva la confianza en el territorio para el arribo y el establecimiento de empresas y proyectos que detonarán el desarrollo en un entorno de sustentabilidad y sostenibilidad.