Durante los últimos 5 años, la iglesia se ha querido apoderar de bienes que están a cargo de comunidades de Michoacán, hecho que provocó riñas entre los párrocos y comuneros que buscan defender sus espacios representativos, así lo compartió el vocero del Consejo Supremo Indígena, Pavel Ulianov.
Las últimas semanas salieron a relucir varias situaciones similares en la que sacerdotes de ciertas comunidades del Estado pretenden adueñarse de templos y huatáperas, esto prohibiendo el libre acceso a los miembros de la comunidad y realizando acciones sin consultar a los mismos, por lo que se encendieron las alertas en los pueblos originarios.
Hasta el momento se tiene detectado el caso de Tzintzuntzan, lugar en donde el párroco lleva tiempo administrando el Ex convento de Santa Ana a pesar de que fueron los comuneros los que mantienen en buen estado el edificio.
En Salvador Escalante, también se registró un caso en el que miembros de la iglesia buscaban quedarse con la Huatápera, sin embargo, se procedió legalmente y se ganó un amparo para que no los desalojaran del sitio.
Pavel Ulianov, destacó que históricamente estos lugares han estado bajo resguardo de las comunidades por lo que deben mantenerse de esta forma, pues son quienes los mantienen en buen funcionamiento y no es un hecho justo que llegue alguien a querer interponerse en tal resguardo.
La secretaría de Cultura de Michoacán ya se ha manifestado también en contra de estos actos de la iglesia y mediante un comunicado y en entrevista con la titular, Tamara Sosa, se emitió que los edificios que tienen una gran historia perteneces a la comunidad y no a una persona en específico como lo son los párrocos, derivado de esto se pidió fomentar la unidad de las comunidades y no generar riñas entre los habitantes y los difusores de la religión.