La educación con violencia de niñas, niños y adolescentes prevalece en México, los golpes se ejercen como medida punitiva por parte de los padres a los hijos.
"Todavía el 60% de la población mexicana sigue usando golpes con fines disciplinarios, todavía particularmente los que nacimos en el siglo pasado seguimos normalizando y justificando la violencia". Juan Martín Pérez García, Coordinador de Tejiendo redes infancia en América Latina y El Caribe.
La violencia disciplinaria causa fuertes afectaciones psicológicas en los menores.
"Problemas psicológicos y emocionales durante la infancia, como repeticiones de ciclos de violencia, comportamiento agresivo con compañeros. Niños y niñas que son hijos de padres violentos tienden a ser padres violentos. Normalmente no concluyen estudios medios superiores o superiores". Víctor Soria, director de la licenciatura en psicología de la Universidad Latina de América
En 2022, una de cada 16 infancias y adolescentes fueron víctimas de castigos físicos severos. Esta forma de castigo corporal incluía golpes en la cara, cabeza u orejas, o dar una paliza, es decir, golpear una y otra vez con exceso de fuerza.
"En incremento de violencia familiar contra niños y niñas y particularmente aquellos que llegan a hospitales. De acuerdo a los datos oficiales, aproximadamente cada año a nivel nacional 1,200 niños y niñas llegan a hospitales con lesiones". Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo redes infancia en América Latina y El Caribe.
En Michoacán el 20.6% de las niñas, niños y adolescentes consideran que el castigo físico es necesario para educar.
"Las infancias violentas tempranas generan en los niños un poco esta visión del mundo de ser hostil y de que ellos no merecen otro tipo de contexto". Víctor Soria, director de la licenciatura en psicología de la Universidad Latina de América
Para romper un ciclo de crianza violenta, es necesario que las familias busquen apoyo psicológico, modifiquen los ambientes violentos que los rodean, y por supuesto la implementación de políticas públicas que abonen al cambio en pro de la niñez y adolescencia.