Un 20 de febrero de 1943, inició el surgimiento del volcán de Paricutín, al que también se le conoce como el volcán que nació de un maizal, en la meseta del pequeño pueblo de San Juan Viejo, ubicado en Michoacán, al oeste de México.
La historia cuenta que la primera grieta la descubrió Dionisio Pulido en el terreno de su granja, quien relató que descubrió un agujero en la tierra que expulsó humo gris a un altura de 2 metros y medio.
El volcán terminaría midiendo 424 metros en el valle, con 2,800 metros sobre el nivel del mar.
El Paricutín es el más joven del mundo y el único que ha permitido presenciar su nacimiento, desarrollo, erupción y reposo después de nueve años de actividad.
El día de su nacimiento y sus años de actividad, marcaron el fin de dos pueblos que quedaron sepultados bajo la lava: Paricutín y San Juan Parangaricutiro. Solo quedan las ruinas de la Iglesia,
Los pobladores dejaron sus viviendas y llevaron consigo al Cristo de pasta de caña, a quien denominaron como "Señor de los Milagros, porque cuentan los vecinos que hizo el milagro de que no muriera nadie.