Michoacán, reconocido por sus paisajes de exuberante vegetación y rica biodiversidad, enfrenta una creciente amenaza que afecta a todos los sectores: la tala clandestina.
Lo que alguna vez fue una práctica utilizada para la expansión territorial y la construcción de viviendas nuevas, ahora se ha convertido en una actividad ilegal con consecuencias devastadoras.
El Dr. Huacuz explica: "Michoacán, podemos hablar ahora de un cambio de uso de suelo a partir de los años 50's, las ciudades empezaron a crecer y empezaron a absorber las zonas boscosas aledañas a los centros de población".
Sin embargo, detrás de esta actividad ilegal se esconde un objetivo aún más preocupante: el cambio de uso de suelo para la plantación de aguacates, lo que está ocasionando un grave impacto en la biodiversidad y los recursos naturales de la región.
Los testimonios de los artesanos michoacanos son elocuentes: "Intervinieron los talamontes, estuvieron sacando ese material, esa madera, estuvieron exportándola ellos y para nosotros ya no hubo", afirma Marcelino Zepeda. Esta explotación descontrolada de los recursos forestales ha generado conflictos sociales y económicos, ya que la demanda sigue siendo alta y la oferta se ha reducido drásticamente.
El Dr. Huacuz advierte sobre los métodos utilizados por los talamontes: "Les regalan la madera con tal de que les dejen todo aquello limpio, entonces, de la noche a la mañana están desapareciendo grandes extensiones de bosque en el estado y estamos viviendo los efectos adversos que eso produce".
María Cruz, otra artesana michoacana, lamenta la situación: "Ya casi no hay, todos cortaron y todavía siguen cortando, ya ahora está todo caro, antes estaba un poquito más barato".La tala clandestina no solo destruye los bosques, sino que también contribuye al cambio climático, la escasez de agua y la pérdida de hábitats naturales.
Municipios como Zitácuaro, Maravatío, Ocampo, Ciudad Hidalgo, Pátzcuaro, Tacámbaro y Acuitzio del Canje están especialmente afectados. Se insta a tomar medidas urgentes para detener esta crisis ambiental antes de que sea demasiado tarde.
La tala clandestina no solo afecta el medio ambiente, sino que también socava la economía local y pone en peligro el sustento de las comunidades que dependen de los recursos naturales. Es crucial que las autoridades tomen acciones decisivas para combatir esta práctica ilegal y proteger los bosques de Michoacán para las generaciones futuras.