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01 de Abril del 2025
Denuncia

Al menos 759 intoxicaciones por fentanilo en un año

Al menos 759 intoxicaciones por fentanilo en un año

El consumo de fentanilo en la frontera entre México y Estados Unidos representa un problema de salud pública creciente y compartido por ambas naciones, de acuerdo con investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)



Clara Fleiz Benítez, coordinadora del grupo de trabajo de Opioides del Seminario de Estudios de la Globalidad de la Facultad de Medicina de la UNAM, ha destacado este fenómeno como un reto en aumento que ha transformado el panorama del consumo de sustancias psicoactivas en la región.


En las zonas fronterizas, particularmente en Tijuana y Mexicali, consideradas epicentros del consumo de fentanilo en México, se ha observado que los usuarios de heroína inyectada tuvieron que aprender a identificar ciertas características de la droga, como su color, consistencia y efectos, debido a los cambios en la composición o calidad de las drogas disponibles, para no inyectarse fentanilo.



Esta situación se ha agravado por el aumento de casos de VIH y Hepatitis C, enfermedades que se transmiten fácilmente a través del uso compartido de agujas contaminadas


El fentanilo se distingue por su fácil acceso y bajo costo en el mercado fronterizo, donde una dosis puede oscilar entre 30 y 50 pesos, según el estudio. A menudo, se mezcla con heroína, lo que potencializa sus efectos y aumenta el riesgo de sobredosis. La doctora en psicología social de la UNAM explicó que los efectos psicoactivos del fentanilo incluyen euforia, relajación, sedación, somnolencia y bienestar. Sin embargo, el síndrome de abstinencia, conocido como "malilla", es sumamente complejo y genera gran desesperación en los usuarios. Una dosis de tan solo dos miligramos puede ser letal.


La sustancia se administra por diversas vías, incluyendo inyección, inhalación y consumo oral. Cerca del 90% de las dosis se combinan con cristal, y el 75% de los usuarios lo consumen diariamente, hasta cuatro veces al día. Esta situación se complica aún más por la presencia de xilacina, un relajante muscular anestésico veterinario no apto para humanos, que se ha detectado en muestras tomadas en Tijuana y Mexicali.



La xilacina, que requiere receta médica para su venta, puede intensificar la sedación y reducir la frecuencia de las inyecciones, lo que incrementa el riesgo de complicaciones para la salud



Aunque el fentanilo tiene aplicaciones médicas legítimas en el manejo del dolor, especialmente en pacientes con enfermedades terminales, el fentanilo ilícito se produce en laboratorios clandestinos sin control de calidad y se mezcla fácilmente con otras sustancias como heroína y cocaína. Esta falta de regulación aumenta el peligro para los consumidores, quienes a menudo desconocen la composición real de lo que están consumiendo.


Las autoridades han detectado un aumento en la producción y el trasiego de fentanilo en México, particularmente en Sinaloa. La mayor parte de esta producción se destina a Estados Unidos, ingresando a través de puertos marítimos y cruces terrestres, mezclada con otras drogas o en forma de pastillas. Los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación controlan las zonas fronterizas, siendo los principales responsables del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.


Datos de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones revelan que, de junio de 2023 a enero de 2024, se atendieron 22 urgencias por intoxicación de fentanilo en varios estados de México, incluyendo Baja California, Sinaloa, Sonora y Quintana Roo, entre otros. Las urgencias relacionadas con el consumo de opioides han mostrado un aumento constante en los últimos años: 469 casos en 2016, 422 en 2017, 534 en 2018, 713 en 2022 y 759 en 2023.



Algunas de las estrategias propuestas por la UNAM incluyen la disponibilidad de naloxona para revertir las sobredosis y el acceso a terapias asistidas con medicamentos como la metadona






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