Artesana deja sus bordados para dedicarse a la cocina
La pandemia por el Covid-19, cambio la vida de muchas personas quienes ante la necesidad de buscar el sustento diario, se vieron obligados a cambiar de trabajo, esto debido a que sus actividades fueron suspendidas por la emergencia sanitaria que atraviesa el mundo.
Esta es la historia de Reyna Jiménez Chiñas, que es una artesana zapoteca originaria de la ciudad de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, que desde hace más de dos décadas se dedica a la elaboración de la ropa típica de las mujeres en el istmo de Tehuantepec.
Las circunstancias la obligaron a dejar los lienzos, el hilo y las aguas, guardó todo para dedicarse a la gastronomía típica de la cultura zapoteca.
Sus actividades inician desde las 5 de la mañana con la preparación de estos platillos que vende en su casa, ubicada en una de las colonias en la periferia de la ciudad. Los integrantes de su familia también participan en estas actividades, y la jornada acaba 12 horas después.
El molito de res, el caldo de res, los chiles rellenos, molotes de plátano, pechugas empanizadas, los frijoles con chicharrón, camarones con arroz, son algunos de los platillos que se preparan en esta cocina improvisada, y que se han vuelto del gusto de mucha gente que acude a comprar sus alimentos.
Una de las formas que ha encontrado para poder ofrecer sus productos ha sido a través de las redes sociales, el uso de la comunicación por teléfono y la mensajería instantánea, y gracias a esa tecnología, sus clientes se enteran de manera inmediata del menú del día, y es de esta manera que esta artesana sobrevive con su familia.
Cabe destacar que existen artesanas que han decidido adaptarse, por ejemplo algunas realizan cubrebocas con bordados, otras permanecen en las labores de la casa, pero la gran mayoría se encuentra desempleada.
