A sus 68 años de edad y tras el cierre del Jardín Principal en el Centro Histórico de León, Guanajuato, Celso Ibarra quien es bolero de oficio, desde hace una semana se puso a laborar fuera del Mercado Aldama sobre la Calle Miguel Alemán, con el objetivo de obtener un ingreso suficiente para llevar algo de comer a casa, pese a que la situación es muy complicada y con el cambio de lugar perdió sus clientes.
Con sus ojos llorosos que apenas se perciben debajo de su mascarilla de acrílico y su cubrebocas; artículos que son indispensables para que hoy pueda trabajar en calle, Don Celso describe a la contingencia sanitaria como una situación crítica, de estrés y desesperación, pues aunque ya ninguno de sus hijos depende de él, le da tristeza ver que se quedaron sin trabajo y que tengan que poner en riesgo su salud para poder salir adelante, pues los pagos, la renta, el hambre y los gastos diarios no saben de pandemias, no frenan y siguen sumándose, Don Celso señaló que aunque tiene que salir a trabajar trata de cumplir con todas las recomendaciones para no llevar el virus a su casa, por lo que dijo que tenemos que ser conscientes de nuestra protección y seguir echándole ganas pero honradamente.