El Valor de un Hidrante: Seguridad y Prevención en Nuestras Manos
En México, los hidrantes son una pieza fundamental en la infraestructura de seguridad contra incendios. Su correcta ubicación y mantenimiento pueden marcar la diferencia entre el control efectivo de un siniestro o una tragedia de grandes dimensiones. Aunque su presencia en las calles puede pasar desapercibida para muchos, la legislación mexicana es clara respecto a la importancia y regulación de estos dispositivos.
La Norma Oficial Mexicana NOM-002-STPS-2010, denominada "Condiciones de seguridad - Prevención y protección contra incendios en los centros de trabajo", establece los lineamientos para la instalación y mantenimiento de sistemas de protección contra incendios, que incluyen tanto extintores portátiles como hidrantes. Esta norma es aplicable en todos los centros de trabajo, pero sus principios también son adoptados en la planificación urbana.
La distribución de hidrantes depende del tipo de área y su nivel de riesgo. Generalmente, las recomendaciones internacionales sugieren que en zonas urbanas debe haber un hidrante por cada 250 a 500 metros, dependiendo de la densidad de población y la disponibilidad de agua. En México, esta recomendación varía según el municipio, pero en promedio, se estipula que debe haber un hidrante por cada 1,500 habitantes en áreas residenciales densamente pobladas o industriales.
En Nogales, el mantenimiento de los dispositivos sigue siendo un reto. así como los tandeos en las colonias para el abasto de agua.
Estos dispositivos no solo cumplen con una normativa técnica, sino que son la primera línea de defensa en situaciones de emergencia. Cumplir con las recomendaciones de la NOM-002-STPS-2010 y garantizar su correcto funcionamiento es un acto de responsabilidad compartida entre autoridades y ciudadanos. Cuidar y respetar los hidrantes puede salvar vidas, y su presencia es una señal de que la seguridad y la prevención están, literalmente, en nuestras manos.
