Las intensas lluvias registradas en la región han dejado al descubierto una problemática recurrente: la vulnerabilidad de las familias que habitan en zonas de alto riesgo, particularmente aquellas que han construido sus viviendas en el cauce de los arroyos. Esta situación ha generado graves consecuencias para la seguridad y el bienestar de los habitantes de Nogales.
En los últimos meses, las precipitaciones han causado inundaciones significativas en diversas áreas de la ciudad, provocando daños materiales y poniendo en peligro la vida de sus habitantes. La construcción en zonas no aptas, como los cauces de los arroyos, incrementa considerablemente el riesgo de desastres durante la temporada de lluvias.
A nivel nacional, las cifras son alarmantes. Según datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), en 2023 se registraron más de 2,500 inundaciones en todo el país, afectando a más de 1.5 millones de personas. Los estados de Veracruz, Tabasco y Oaxaca se encuentran entre los más afectados, pero Sonora no está exenta de esta problemática.
En Nogales, el panorama es igualmente preocupante. Un informe del Instituto Municipal de Investigación y Planeación destaca que aproximadamente el 20% de las viviendas en la ciudad se encuentran en zonas de riesgo, muchas de ellas construidas ilegalmente en áreas propensas a inundaciones. Esta situación se agrava con la falta de infraestructura adecuada para el manejo de aguas pluviales.
El llamado es urgente: es necesario que las familias tomen precauciones y eviten asentarse en lugares peligrosos. La situación en Nogales refleja una problemática nacional que requiere atención inmediata. Es imperativo implementar políticas de ordenamiento territorial y fortalecer la infraestructura para prevenir desastres y proteger a las comunidades más vulnerables.