El manejo inadecuado de las llantas en desuso se ha convertido en un grave problema ambiental y de salud en México. Con un parque vehicular que supera los 50 millones de unidades, se estima que anualmente se generan entre 25 y 30 millones de llantas usadas en el país, de las cuales solo una fracción es reciclada o tratada de manera correcta.
Las llantas en desuso, cuando no son gestionadas adecuadamente, representan un serio riesgo para el medio ambiente. Estos residuos pueden tardar hasta 500 años en degradarse, liberando sustancias tóxicas en el suelo y en el agua durante su descomposición. El almacenamiento a cielo abierto de llantas genera focos de contaminación visual y potenciales incendios. Estos incendios, además de ser difíciles de extinguir, emiten grandes cantidades de gases tóxicos y partículas finas que contribuyen al cambio climático y afectan la calidad del aire.
Un estudio de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) indica que las llantas abandonadas en tiraderos clandestinos o en sitios no controlados representan un riesgo latente de contaminación de suelos y cuerpos de agua. Las sustancias como el zinc, el plomo y el cadmio, presentes en las llantas, pueden filtrarse al subsuelo, afectando gravemente los ecosistemas locales.
El riesgo para la salud humana derivado de las llantas en desuso es significativo. Los neumáticos son un refugio ideal para la proliferación de mosquitos vectores de enfermedades como el dengue, el zika y el chikungunya. En zonas urbanas, las llantas acumuladas pueden convertirse en criaderos incontrolables de estos insectos, aumentando la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores.
Además, la quema de llantas, una práctica común en algunas regiones para reducir el volumen de estos residuos, libera compuestos orgánicos volátiles, dióxidos de azufre, monóxido de carbono y otros contaminantes peligrosos. La exposición prolongada a estos contaminantes se ha asociado con enfermedades respiratorias crónicas, cáncer y otros problemas graves de salud. Se estima que anualmente se generan entre 25 y 30 millones de llantas usadas en el país, de las cuales solo una fracción es reciclada o tratada de manera correcta.
Fuente: SEMARNAT