En ocasiones a las personas les gusta presumir y eso no es el problema, el detalle esta cuando lo quieren hacer y gastan el dinero que no tienen, por ejemplo, o se dan gustos muy caros y no piensan en las consecuencias.
Para mantener una sana economía parece que también se deben dominar los demonios del impulso de comprar, pero nos creamos nuestras propias necesidades para presumir, para satisfacción personal y acabamos endeudados.
Parece que confundimos la felicidad al comprar todo lo material y de alguna manera estamos contentos por obtener cosas que probablemente no ocupemos, o se nos pase la alegría una vez logrado el objetivo.
Sin duda influyen muchos factores y también tiene que ver con la salud mental y como ello puede obtener un impacto negativo en la salud financiera en algunos casos.
Este tipo de comportamientos en las personas pudieran ser pasajeros o en alguna etapa de la vida, pero también puede llegar hasta ser un estilo de vida. Un tema con varias vertientes, pero como dice el dicho todo en exceso hace daño y lo recomendable es consultar siempre a los profesionales en todos los ámbitos.