Plantas de tratamiento de agua, estrategia contra el estrés hídrico
Ante el creciente desafío del estrés hídrico en la región, Nogales ha redoblado sus esfuerzos en la gestión y tratamiento de aguas residuales, una estrategia clave para garantizar la sostenibilidad de los recursos hídricos. En la actualidad, operan en Nogales cuatro plantas de tratamiento de aguas residuales, con un programa en marcha que prevé la instalación de varias plantas portátiles adicionales, capaces de procesar hasta 60 mil litros de agua al día cifra que estadísticamente se requiere para el mantenimiento de áreas arboladas en la ciudad.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, México contaba en 2022 con un total de 2 mil 477 plantas de tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, solo el 63.4% de estas plantas opera a plena capacidad, según el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua. Esta realidad subraya la necesidad de una gestión más eficiente, de acuerdo al OOMAPAS en Nogales las plantas que operan están en un 100 por ciento de su operatividad.
En Nogales, la problemática se ha acentuado debido a la demanda de agua para el mantenimiento de las áreas arboladas del casco urbano, que requieren aproximadamente 60 mil litros de agua diariamente. A través del Fondo de Cambio Climático, se invierte en la construcción de una nueva planta tratadora de aguas residuales con uso exclusivo para el riego de las áreas verdes de la ciudad. Esta planta no solo permitirá mantener las áreas verdes sin necesidad de extraer agua de los pozos, sino que también contribuirá a la preservación del equilibrio ecológico y a la mitigación del estrés hídrico.
La estrategia también incluye la reforestación de áreas urbanas, que no solo mejora la calidad de vida de los residentes, sino que también contribuye a la absorción de CO2, en consonancia con los objetivos climáticos globales. Esta acción es esencial en una ciudad como Nogales, que enfrenta desafíos únicos debido a su ubicación geográfica y su creciente población.
El impacto de estas medidas va más allá de la gestión del agua. Al reducir la dependencia de los pozos, se prevé una mejora en la disponibilidad de agua potable para la población, un recurso cada vez más escaso en muchas partes del país
