El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, dijo el jueves que no cree que los muros fronterizos funcionen, incluso cuando su administración dijo que renunciará a 26 leyes para construir barreras fronterizas adicionales en el Valle del Río Grande en medio de una mayor presión política sobre la migración.
Según un aviso publicado el miércoles en el Registro Federal, la construcción del muro se pagará con fondos ya asignados y destinados específicamente a barreras fronterizas físicas. La administración tenía un plazo para utilizarlos o perderlos. Pero la medida llega en un momento en que una nueva oleada de inmigrantes está agotando los recursos federales y locales y ejerciendo una fuerte presión política sobre la administración Biden para abordar una crisis en expansión, y el aviso citaba una "alta entrada ilegal".
Biden, quien, como candidato, prometió que "no se construirá ni un pie más" de muro fronterizo bajo su mandato, defendió la decisión ante los periodistas el jueves, diciendo que intentó que el dinero fuera asignado para otros fines, pero no tuvo éxito.
"Responderé una pregunta sobre el muro fronterizo: El muro fronterizo: el dinero se asignó para el muro fronterizo. Intenté que se lo reapropiaran, que redireccionaran ese dinero. No lo hicieron, no lo harían. Y mientras tanto, no hay nada bajo la ley más que tener que usar el dinero para lo que se apropió. No puedo detener eso", dijo Biden a los periodistas en la Oficina Oval.
Cuando se le preguntó si cree que el muro fronterizo funciona, Biden respondió: "No".
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, afirmó enérgicamente que no había habido ningún cambio en la política de la administración en una conferencia de prensa en la Ciudad de México el jueves.
"Quiero abordar los informes de hoy relacionados con el muro fronterizo y ser absolutamente claro: no hay una nueva política administrativa con respecto al muro fronterizo", dijo Mayorkas. "Permítanme repetirlo: no hay una nueva política administrativa con respecto al muro fronterizo".
"Hemos pedido repetidamente al Congreso que rescinda este dinero, pero no lo ha hecho y estamos obligados a cumplir la ley", dijo.
La Patrulla Fronteriza informó casi 300.000 encuentros en el sector del Valle del Río Grande entre octubre y agosto pasados, según datos federales. El mes pasado, la Patrulla Fronteriza detuvo a más de 200.000 migrantes que cruzaban la frontera entre Estados Unidos y México, el total más alto de este año.
Biden ha estado plagado de problemas en la frontera desde sus primeros meses en el cargo, cuando Estados Unidos enfrentó una oleada de niños migrantes no acompañados que tomó a los funcionarios por sorpresa. Durante los últimos dos años, su administración ha seguido enfrentándose a una feroz oposición de los republicanos (y, en ocasiones, de los demócratas) por sus políticas de inmigración.
Pero una nueva oleada de inmigrantes ha ejercido una presión adicional sobre los recursos federales y ha puesto a prueba las últimas políticas fronterizas de Biden apenas unos meses después de su entrada en vigor, lo que provocó nuevas críticas de los republicanos y preocupación dentro de la administración por un tema políticamente delicado.
La migración a lo largo de la frontera sur ha sido un foco implacable en las primarias presidenciales republicanas y en los medios conservadores, y los principales demócratas, incluidos los alcaldes de Nueva York y Chicago, han comenzado a exigir públicamente mayores esfuerzos por parte del gobierno federal para proporcionar recursos para dar cabida a las llegadas.