En un país donde más de un millón de niñas, niños y adolescentes están fuera del sistema escolar, según el INEGI, la esperanza parece desvanecerse para quienes, desde pequeños, han enfrentado circunstancias difíciles. Sin embargo, en Nogales, el Programa de Atención a Niñas, Niños y Adolescentes ha demostrado que siempre es posible volver a empezar, brindando a estos jóvenes una segunda oportunidad para forjar su destino.
El Programa de Atención a Niñas, Niños y Adolescentes impulsado por el DIF Municipal y el Instituto Sonorense de Educación para los Adultos, ofrece acceso a la alfabetización y a los niveles básicos de educación como primaria y secundaria, sino que, desde hace un año, ha abierto las puertas a la preparatoria. Es mucho más que un simple esquema educativo: es un refugio para menores de 18 años que, por situaciones familiares complicadas o entornos de riesgo, no lograron acceder a una educación formal en el momento adecuado.
Las cifras reflejan una realidad dolorosa. De acuerdo con la UNICEF, en México, al menos el 5.2% de los adolescentes de 12 a 14 años y el 15.3% de los de 15 a 17 años no asisten a la escuela. Estos números representan a miles de jóvenes cuyo futuro, muchas veces, queda truncado. En Nogales, el programa ha sido un faro de esperanza, atendiendo no solo a la necesidad educativa, sino también al contexto personal de estos menores, muchos de los cuales han vivido situaciones de violencia, abandono o pobreza extrema.
El corazón de esta iniciativa es la maestra Elisa Peña Martínez, quien con un compromiso inquebrantable y un profundo amor por su trabajo, ha transformado las vidas de más de 400 menores durante sus nueve años al frente del proyecto. Solo en los últimos tres años, 59 jóvenes han logrado concluir su educación básica, y hoy, más niños y adolescentes están inscritos, decididos a romper con el ciclo de la desigualdad.
Esta labor cobra aún más relevancia al considerar que muchos de estos niños enfrentan situaciones críticas en casa, historias que también son atendidas por el DIF, donde reciben el apoyo integral necesario para avanzar, no solo en su educación, sino también en su bienestar emocional. En un país con millones de niños fuera del sistema escolar, este programa en Nogales es un ejemplo de cómo la educación puede transformar vidas y brindar una segunda oportunidad a quienes más la necesitan.