En una entrevista con el sociólogo Fernando Araujo, se explora el fenómeno cultural de las peregrinaciones en la Comarca Lagunera y su relevancia dentro de la identidad mexicana. Araujo destaca que, más allá de ser una práctica religiosa, estas festividades son una poderosa manifestación de unión social y cultural, que reúnen a personas de diferentes clases sociales y creencias.
Según Araujo, las peregrinaciones, especialmente las que giran en torno a la Virgen de Guadalupe, tienen raíces profundas en la historia de México. "Estas tradiciones tienen más de 500 años de existencia, y aunque se han transformado con el tiempo, siguen siendo una forma de conectarnos como comunidad", comenta. El sociólogo explica cómo las danzas, que inicialmente estaban dedicadas a los dioses aztecas, evolucionaron a lo largo de la historia para rendir culto a la Virgen, en un claro ejemplo de sincretismo cultural.
El entrevistado también señala que las festividades han sido un motor de integración social, permitiendo que personas de todos los estratos sociales participen sin distinciones, ya sea por devoción religiosa, por la tradición cultural o incluso por el disfrute de la gastronomía local. Araujo refuerza que, aunque la tecnología ha influido en algunas prácticas, como el uso de celulares para orar o cantar, la esencia de las peregrinaciones se mantiene intacta, adaptándose a los nuevos tiempos.
Por último, el sociólogo asegura que, aunque las tradiciones podrían sufrir transformaciones, es poco probable que desaparezcan en el corto plazo, ya que son parte fundamental de la identidad del pueblo mexicano. En resumen, estas festividades son un reflejo de los valores, la historia y el sincretismo cultural que definen a México.