En la pandemia Don Gerardo fue despedido de su trabajo como panadero, lo que lo llevó a emprender con la venta de gelatinas en los cruceros de la ciudad. A sus 80 años de edad trabaja en plena calle más de 8 horas diarias. Es una muestra de la realidad que viven los adultos mayores en México.
"En la mañana muy temprano como a las 7, 8, me voy a las 11:30 como. Y como a las 3 vuelvo otra vez y me voy hasta que se vende o a menos que termine antes.", relató Gerardo Monroy.
Todos los días recorre desde la colonia Cortinas hasta la calle Tabasco y 6 de Abril para instalar su puesto. Hay días donde no vende lo esperado. Para mantener su emprendimiento a flote, don Gerardo se despierta a altas horas de la madrugada, pues prepara y vende las gelatinas por cuenta propia. De él también depende su esposa.
"Hago de un dia para otro para que cuaje y en la mañana muy tempranito como a las 2 de la mañana me levanto a picarla a cortarla y aqui me la llevo. En la tarde ya para acostarme a las 8 más o menos.", expresó.
Al igual que él, decenas de abuelitos se ven en la necesidad de vender dulces o alimentos en las calles, cosa que empeora en las altas temperaturas del verano, pues la Pensión del Bienestar les resulta insificiente para una vida digna. El monto de las Pensiones del Bienestar es de 6 mil 200 pesos, es para las personas de 65 años para cubrir necesidades básicas. En México 12,3 millones de derechohabientes reciben esta pensión, 1,3 millones para personas con discapacidad, y 325,171 madres trabajadoras...
Historias como Don Gerardo demuestran que este recurso no es suficiente. Por fortuna en ocasiones ha recibido ayuda de los mismos cajemenses que se tocan el corazón para unirse y comprarle toda su mercancía, como el Club de Apoyo de Ciudad Obregón quienes son una organización civil que han brindado alegría a decenas de adultos mayores que venden artículos en la calle.