La casa de José Pedro Montaño Rochín se ha transformdo en una especie de museo con reliquias de coleccionismo que ha conservado desde que tenía 9 años de edad.
"El coleccionismo en general es un padatiempo muy bonito. Conoces mucha gente de distintas partes del mundo.", comentó José Pedro.
Su acervo contiene desde figuras de acción, hasta botellas de Iron Maiden, palomeras, cajas de cereales, y en especial, autos a escala. También artículos de películas setenteras y ochenteras que él vio en su infancia.
Incluso tiene piezas exclusivas de las cuales solo se fabricaron pocos ejemplares en todo el mundo, como un coche Duster de 1973 a escala, el cual es uno de sus favoritos.
"De este solo se produjeron 402 piezas en todo el mundo. Entonces es un gran logro tener una pieza de 402 que hay para todo el mundo.", declaró.
Su amor por el coleccionismo también fue adoptado por sus 2 hijos. Ambos tienen su propia colección. Su hijo se interesó por las figuras de súper héroes y discos de vinilo; y su hija del mundo del k-pop. Esto les permitió formar una conexión como ninguna otra.
"Se hizo una sinergia muy bonita y ellos empezaron a coleccionar cosas que yo también coleccionaba cuando era niño. Se ha creado un vínculo con mis hijos, hablamos el mismo idioma.", relató Montaño Rochín.
Este pasatiempo también ha unido a José Pedro con el resto del mundo y forjar grandes amistades con los mismos intereses.
"Yo tengo amigos coleccionistas incluso de Estados Unidos. ¿Y cuándo los he visto? ¡Nunca! Tal vez en una foto, un video, en imágenes. Pero de vernos en persona no. Y hablamos increíble y ni se diga con coleccionistas con el sur del país.", se alegró José Pedro.