Alrededor de 25 hectáreas de bosque fueron devastados en el Valle del Yaqui, acabando con flora y fauna del lugar.
Entre los árboles caídos se encuentra el mezquite, que es de donde se extrae la mejor miel para exportación, así como alrededor de 30 colmenas las que tumbaron.
El apicultor Ramón Granados puso la denuncia ante las autoridades de San Ignacio Río Muerto, quienes acudieron e impidieron que la maquinaria continuara con su mortal acción.