La ola de calor en combinación con la sequía de los últimos años, ha dejado un panorama complicado para el sector ganadero.
Efren Soto, un pequeño productor originario del Ejido Antonio Rosales, narra como la situación ha cambiado, ahora las altas temperaturas enferman al ganado y han provocado un mayor gasto para mantenerlos.
También la carestía de los insumos provoca que el ser ganadero sea un negocio poco rentable.
En los últimos 5 años pasó de 50 vacas, a contar con apenas dos.
En sonora, se estima que por la ola de calor han fallecido más de mil cabezas de ganado en la temporada, asociado al incremento de temperaturas por arriba de los 45 grados, principalmente por golpes de calor y deshidratación.