"Mi papá no sabía leer ni escribir, firmaba con pura huella y mi mamá sabía leer muy poco, pero entre ellos empezaron a aprender", confesó doña Catalina Buitimea Moroyoqui, quien afirma que es muy común que los adultos mayores de las comunidades indígenas no cuenten con estudios.
La falta de acceso a la educación en México ha sido un símbolo de desigualdad, principalmente en las comunidades rurales, donde en pleno siglo XXI, el analfabetismo aún sigue presente.
"Yo si fui a la escuela, pero hasta tercer grado nada más, ya que no teníamos dinero y tenía que trabajar en las tierras para poder comer", precisó la habitante de la comunidad indígena yoreme.
Según INEGI, en México 4.7 millones de personas no saben leer ni escribir, lo cual el último estudio indicaba que al menos cuatro de cada 100 personas son consideradas analfabetas.
Una de las comunidades más marginadas del Estado de Sonora, es la comunidad Yoreme, donde existen alrededor de dos mil 800 adultos analfabetas.
El 70 por ciento de la actividad económica en la región del mayo corresponde al trabajo en el campo, lo cual en muchas ocasiones, es la única fuente de ingresos para las personas que no culminaron sus estudios.
"Regularmente el trabajo que realiza la mayoría de los miembros de la comunidad indígena, tanto jóvenes como adultos, es en los jornales, afortunadamente ahí no piden escolaridad, pero para poder acceder a un trabajo mejor pagado para tener una mejor calidad de vida, la mayoría no cuenta con estudios, que es lo que nos afecta mucho", indicó Abel Alfredo Ramírez Torres, regidor étnico del Ayuntamiento de Huatabampo.
Debido a la pandemia, las actividades del ISEA se encuentran detenidas y dada las circunstancias de las personas analfabetas, les es imposible continuar con sus estudios a distancia.
"Yo no uso celular, no le entiendo, hace poco comencé a utilizar un teléfono chico pero sólo para hacer llamadas, a parte de que internet no podemos tener ya que tengo entendido que se tiene que pagar y nosotros no tenemos dinero", afirmó doña Catalina.
Todo indica a que debido al COVID-19, la educación no llegará a todos los rincones y a todas las edades del país, tal y como lo prometieron las autoridades.