El pleno de la Cámara de Diputados aprobó este martes una reforma a la Constitución para cambiar, de 21 a 18 años y de 30 a 25, el requisito de edad mínima para ser diputado federal o secretario de despacho en el gabinete presidencial.
Para el investigador Alejandro Méndez, este es él inició de un cambio a la política mexicana. Misma que trae consigo pro y contras, pues los jóvenes les hace falta experiencia y estudios y esto los podría llevar a malas decisiones o ser influenciados por los políticos "viejos".
Mientras que las ventajas es que existen jóvenes capaces de hacer un cambio y aportar nuevas ideas a las dinámicas y permite mayor equidad, ya que la generación de los jóvenes son castigados en el presente y en el futuro.
Además, que la participación de este grupo de edad puede apoyar a la participación en la política de personas más jóvenes.
"La posibilidad de que una persona pueda llegar a un cargo de elección popular no depende de la persona, depende de los ciudadanos, y es aquí los ciudadanos deben poner sus condiciones", Alejandro Méndez, maestro investigador de la ULSA en Cajeme.