Las guitarras, acordeones y tamboras continúan empolvadas en la región del mayo y es que a más de un año de la pandemia, los bailes y conciertos continúan cancelados, lo cual mantiene en bancarrota a los músicos del Sur de Sonora.
"La situación aún sigue crítica, porque nos ha dejado estragos, deudas con los bancos, con algunos créditos que tuvimos que recurrir e incluso algunos compañeros tuvieron que vender sus instrumentos, la situación está al borde del colapso", señaló Benito Armando Santi Valdez, Secretario General del Sindicato de Filarmónicos en Navojoa.
Hasta el momento, van más de 12 meses sin trabajo estable, donde un gran número de músicos tuvieron que abandonar sus instrumentos por un empleo en las maquiladoras, ranchos o incluso jornales agrícolas.
"Ellos tuvieron que dejar la música por necesidad no por gusto, en cuanto esta situación regresa a la normalidad volveremos a la música; En lo personal tuve que recurrir a hacer otra actividad, tenía un terrenito y por no poder trabajar en la música, actualmente estoy sembrando hortalizas, algo que yo jamás hice, pero es un método para sobrevivir", puntualizó Santi Valdez.
En Navojoa son 600 familias las que dependen de la música, por lo que exigen a las autoridades, que elaboren un protocolo que les permita regresar a los escenarios.