La lucha por la justicia y la dignidad continúa para Graciela Urías, ciclista navojoense que sufrió graves lesiones tras ser atropellada el pasado 12 de junio de 2024 sobre la carretera Navojoa-Huatabampo, a la altura del kilómetro 9, en el entronque de San Ignacio-Capetahueca.
La vida de Graciela dio un giro drástico aquel día, cuando un vehículo la impactó mientras realizaba un recorrido recreativo junto a su esposo.
El accidente dejó a la mujer inconsciente y con múltiples fracturas, enfrentando un largo proceso de recuperación física y emocional que aún no concluye.
Sin embargo, la tragedia no terminó ahí, a casi nueve meses del accidente, la familia enfrenta ahora una demanda económica por parte del conductor responsable, quien exige el pago de 204 mil pesos por los daños materiales ocasionados a su vehículo.
Esta situación generó la indignación de amigos, familiares y la comunidad ciclista, quienes consideran la demanda como una injusticia que revictimiza a Graciela.
Omar González, esposo de la afectada, relató que tras el accidente la prioridad fue preservar la vida de su esposa, por lo que desconocen si las autoridades realizaron el peritaje correspondiente para deslindar responsabilidades.
"Ver a mi esposa tirada en el suelo, con su rodilla destrozada, fue algo devastador, nunca imaginamos que después de todo el sufrimiento ahora nos enfrentaríamos a una demanda económica", expresó.
La familia ha invertido más de un millón de pesos en cirugías, medicamentos y rehabilitación, mientras que Graciela continúa postrada en cama con secuelas físicas y emocionales. Además, recientemente fue sometida a otra cirugía, con el riesgo latente de perder parte de su pierna derecha.
La comunidad ciclista se unió para exigir justicia, realizando rodadas y manifestaciones para pedir que el conductor desista de la demanda y se reconozca a Graciela como víctima.
Jesús Gracia Vilches, amigo de la familia, aseguró que seguirán alzando la voz hasta que se haga justicia.
Autoridades del Ministerio Público realizarán una diligencia en el domicilio de Graciela para dar seguimiento al caso, mientras la familia continúa buscando apoyo legal para enfrentar la demanda y garantizar los derechos de la ciclista.
La historia de Graciela refleja la vulnerabilidad de los ciclistas en las carreteras y la necesidad de mayor protección para quienes utilizan este medio de transporte.
Amigos, familiares y colectivos ciclistas mantienen viva la esperanza de que se haga justicia y Graciela pueda concentrarse en su recuperación sin cargas adicionales.