La actividad económica informal en el Sur de Sonora ha sido una modalidad adoptada por muchas familias.
Hasta el cierre del 2023 había por lo menos 286 mil nuevas plazas activas bajo este esquema en la entidad, sin embargo, el negocio informal también conlleva sus riesgos.
Un empleo informal, además de carecer de seguridad social, como el acceso a los servicios de salud, está asociado también a una menor percepción de ingresos, es decir, tienen mayor probabilidad de encontrarse en situación de pobreza laboral.
"Ganas muchísimo mejor en un negocio propio, no tienes que depender de otros, donde a veces ni se pagaba el Infonavit y otras cosas", relató Jorge Andrade, de oficio fotógrafo.
Para Jorge, de oficio fotógrafo y al igual que muchos sonorenses, el encontrar una fuente de empleo propia, sin referentes patronales es la mejor opción, aunque conocen el riesgo de no contar con las prestaciones y garantías de un empleo formal.
Pero este tipo de modalidad tiene efectos adversos, se limita el acceso a instituciones crediticias y la posibilidad de expansión para el comerciante.
En 2022 la economía informal participó con 24.4 % del PIB nacional en valores corrientes. Comparado con 2021 que fue de 20, tuvo un aumento porcentual del 4.4%.
"Esto nos muestra que el empleo informal ha ido creciendo, cada vez hay más personas que lo realizan, vemos crecimiento por todo el ambulantaje, la cantidad de ubers", detalló Laura Velarde, vicepresidenta regional Canacintra.
Tambien agregó que las consecuencias se suelen asociar a condiciones laborales precarias, salarios bajos, corto crecimiento y falta de protección social.
En Navojoa hay hasta el 25% de familias dedicadas al comercio; en tianguis o ambulantemente han buscado en el negocio informal el poder llevar el sustento a casa, pese a no tener seguro social y salir prácticamente a su suerte.
Para especialistas, el incorporarse a la formalidad no debe ser considerado como un gasto, sino como una inversión, sin embargo hasta el 58% de ellos se basa en la informalidad.