Varias lomas de tierra y piedra llaman la atención en la Laguna del Náinari. Estás se encuentran sobre el andador, desde la calle Morelos y hacia el área comercial. Omar García, director de la Inmobiliaria Cajeme, explica que se trata de un trabajo para reforzar las raíces de los árboles que se encuentran a la orilla de la laguna.
Debido al golpe del agua en esta zona, las raíces se encuentran expuestas y en caso de alguna contingencia podría resultar peligroso que algún árbol cayera.
Hasta ahora se lleva apenas un 10% de avance en el trabajo, pero es solo una solución temporal, pues se requiere una pared de piedra u otro material.
Además buscan no perder el trabajo que se ha hecho en reforestación y mantenimiento de los árboles en la Laguna del Náinari, pues en verano son indispensables gracias a la sombra que brindan.