En Cajeme siguen en pie edificios y lugares que hacen eco de los orígenes del municipio. Sin embargo por falta de interés en preservar estos vestigios, han desaparecido por completo o han quedado en el olvido.
Uno de ellos es la desaparecida Concha Acústica, se ubicaba donde hoy se erige la Biblioteca Pública Municipal. Su construcción inició en 1952, durante más de 20 años fue un recinto donde sonidos envolventes emergían del auditorio hacia el aire libre. Su diseño fue pensado para que el sonido viajara con armonía y sutileza. Tuvo el privilegio de tener el título de ser la segunda concha acústica a nivel Nacional. Pero en 1978, tras la creciente demanda de la biblioteca pública, el gobierno del estado optó por demoler la concha acústica y ceder el espacio a la biblioteca.
Otro lugar histórico es el edificio que otrora fue Cajeme Motors, en la calle No Reelección y Sinaloa, lugar donde cayó una bomba durante la Rebelión Escobarista en 1929, Causó daños en el techo. Por fortuna ningún trabajador fue herido. Aun así, la identidad del negocio original se borró, otros comercios ocuparon el local, y el edificio pasó a tener más pisos.
En la calle Guerrero entre Miguel Alemán y Sinaloa estaba una de las primeras escuelas que existieron en Cajeme. Aquí, en 1943, se levantó la Secundaria Número 1. fue sede para muchos jóvenes estudiantes. Ahora son carcazas vacías ocupadas por indigentes.
Gente que recuerda cómo lucía Obregon en sus inicios y periodistas como Sergio Anaya, consideran que una ciudad que no preserva su historia es una ciudad sin identidad. Como mínimo debería existir una placa conmemorativa en esos lugares para recordar lo que fue. Queda demostrado que ni dueños particulares ni gobierno tiene la cultura de salvaguardar estos lugares emblemáticos.