A través de sus redes sociales, el colectivo Madres Buscadoras de Sonora denunció un caso que refleja la negligencia en la gestión de personas desaparecidas en México. Martín, quien desapareció en 2017, fue localizado sin vida apenas un mes después de su desaparición, pero su madre no recibió esta información sino hasta siete años después.
Desde su desaparición, la madre de Martín asistió de manera constante al Servicio Médico Forense (SEMEFO), buscando respuestas. Sin embargo, siempre obtuvo respuestas negativas o la promesa de una llamada que nunca llegó. Fue apenas ayer, durante una visita al área de genética, que le confirmaron que su hijo había sido identificado en 2017.
El colectivo hizo un llamado urgente a las familias de personas desaparecidas para que no dejen de asistir al SEMEFO y exigir respuestas, ya que, según su experiencia, los responsables de estas instituciones rara vez se comunican para informar sobre avances en los casos.
Este caso no solo representa el dolor de una madre que buscó incansablemente a su hijo, sino también la grave crisis en los procesos de identificación y notificación de cuerpos en el país.