En México, el trabajo infantil continúa siendo un problema persistente que afecta a miles de menores en distintas regiones del país. Este fenómeno no solo compromete su bienestar físico y emocional, sino que también restringe sus oportunidades de desarrollo y perpetúa ciclos de desigualdad y marginación social.
El trabajo infantil es la participación de una niña, niño adolescente en una actividad productiva que se realiza al margen de la ley, por debajo de la edad mínima de admisión al empleo de acuerdo al marco júridico nacional o en condiciones que afectan su desarrollo físico o mental; aunque aún no se dispone de una cifra oficial sobre el número de víctimas de explotación laboral infantil y las peores formas de trabajo infantil en México, la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022 del INEGI proporciona datos relevantes. Según esta encuesta, en 2022 había 3.7 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 17 años en situación de trabajo infantil en todo el país, lo que representaba el 13.1% de esa franja etaria. Para 2024, se anticipa que esta cifra podría ser aún mayor.
El Informe de Resultados de la ENTI 2019 de INEGI identificó varias causas para el trabajo infantil y el trabajo infantil peligroso, entre las que se encuentran la pobreza, la inestabilidad económica y política, la migración, la explotación, prácticas culturales tradicionales, la falta de empleo digno para los adultos, una protección social insuficiente y la carencia de escuelas. Asimismo, el informe "Un futuro sin trabajo" de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca que estos problemas también están vinculados con la demanda de mano de obra barata en microempresas informales, la falta de escolarización de los padres, las deudas familiares y actitudes discriminatorias basadas en género, casta, origen étnico o nacional.
De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), de los 160 millones de niños y niñas de entre 5 y 17 años sometidos al trabajo infantil a nivel mundial, se estima que 79 millones están realizando trabajos peligrosos que ponen en riesgo su salud e incluso su vida.
Este tipo de trabajo se enfoca en sectores específicos, como los quehaceres domésticos en condiciones inadecuadas. En 2022, se registraron 1.9 millones de niñas y niños involucrados en estas tareas, así como 2 millones de personas en ocupaciones peligrosas como agricultura, construcción, minería e industria química. De estos 2 millones, 1.1 millones realizaron actividades que perjudicaron su salud y desarrollo, como cargar objetos pesados, lo que les causó problemas físicos. Además, 437 mil (22.2%) enfrentaron horarios de trabajo prolongados, 846 mil estuvieron expuestos a riesgos, y 210 mil trabajaron en jornadas inadecuadas, incluyendo horarios mixtos, nocturnos o turnos rotativos, según lo mencionado por ENTI 2022.
En México, se han implementado diversas medidas para erradicar el trabajo infantil. Por ejemplo, en el Estado de México se creó el Comité Técnico de la Ruta Intermunicipal para la Erradicación del Trabajo Infantil, cuyo objetivo es respaldar los derechos de los menores y promover acciones que garanticen su desarrollo saludable y un entorno libre para alcanzar sus metas educativas. En Guasave, Sinaloa, la Secretaría del Trabajo y Prevención Social impone multas a los agricultores que empleen menores de edad, manteniendo una vigilancia constante para prevenir la explotación infantil y asegurar que los jornaleros no lleven a sus hijos al lugar de trabajo.
En México, se pueden reportar casos de trabajo infantil a través de los siguientes medios:
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ha implementado el semáforo de #TrabajoInfantil para ayudar a identificar y denunciar estos casos: