Cada año, del 28 de octubre al 2 de noviembre en México se celebra el día de muertos, días en que recibimos a quienes se nos adelantaron en el camino para recibirlos en nuestros hogares, por lo que se prepara una ofrenda con la finalidad de honrar y celebrar la vía de los antepasados.
En las ofrendas se suelen colocar algunos elementos que tienen diferentes significado; uno de ellos y el primordial es la flor de Cempasúchil; la cual con su fuerte olor atrae a los muerto de Mictlan al mundo terrenal; por lo que es importante colocar un camino de la entrada de la casa al altar.
Las ofrendas, pueden tener uno o hasta siete niveles que representan las etapas por las que deben pasar las almas para descansar en paz; y en cada uno de ellos, debe haber una vela que represente a cada difunto para darles luz es su camino a esta dimensión.
Asimismo, la tradición indica que se debe colocar sal en forma de cruz como elemento de purificación, con la finalidad de que el alma que nos visita no se corrompa durante su viaje y pueda regresar el siguiente.
Es importante mencionar que el poner copal o incienso, limpia el lugar de malos espíritus y las almas pueden ingresar sin peligro.
En cuanto a las fotos, se colocan las de los familiares o amigos que ya no están para que sepan que son recordados; mientras que el pan simboliza cráneos o cuerpos de los difuntos; así como las cañas y calaveritas de azúcar que representan a la muerte.
En el caso de los detalles que adorna y hacen lucir a las ofrendas, se encuentra el papel picado; el cual, simboliza el aire y cada color contiene un significado diferente; por ejemplo, el negro es para representar al inframundo; el naranja es para el luto; el azul para los ahogados; el rojo, es para guerreros o mujeres que fallecieron durante el parto; en el caso de la edades; se representa el verde, para jóvenes y el blanco para los niños y el amarillo para abuelitos.
Como un elemento extra pero no menos importante; se coloca comida y bebidas que le gustaba a nuestros muertos para que recuerden su estancia por la tierra y degusten lo que los hacía feliz.
Hay que recordar que estos días en que nos visitan nuestros seres amados son clave para poder comunicarse con ellos; ya que en algunas comunidades señalan que les gusta platicar con nosotros aunque no los podamos escuchar.