La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reincorporar a Cuba a la lista de países considerados patrocinadores del terrorismo ha generado una fuerte reacción internacional
Esta medida, que se produce solo días después de que el gobierno de Joe Biden anunciara la eliminación de Cuba de dicha lista, ha sido calificada por el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, como un acto de "hipocresía". Rodríguez argumentó que es contradictorio etiquetar a Cuba como un estado terrorista mientras Trump busca ampliar la anexión de territorios palestinos por parte de Israel, un país también señalado por sus acciones en el conflicto palestino.
La designación de un país como patrocinador del terrorismo por parte de Estados Unidos conlleva serias implicaciones. Esto incluye restricciones en la venta de armas, un control más estricto sobre sus exportaciones, y limitaciones en la ayuda exterior. Además, los países en esta lista enfrentan una congelación efectiva de gran parte de sus transacciones financieras internacionales.
Actualmente, junto a Cuba, los otros países que comparten esta categorización son Corea del Norte, Irán y Siria
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino criticó la decisión estadounidense, argumentando que la lista es utilizada como una herramienta para ejercer presión sobre naciones que no se alinean con los intereses estadounidenses. Esta postura fue respaldada por el gobierno cubano, que ve en estas acciones un intento de dominación y agresión hacia su soberanía.
Históricamente, Cuba ha sido incluida en esta lista en varias ocasiones desde 1982. Su inclusión más reciente ocurrió en enero de 2021 bajo la administración de Trump, quien justificó la medida alegando que Cuba proporcionaba refugio a terroristas. Sin embargo, este argumento ha sido desafiado por analistas y funcionarios cubanos, quienes consideran que estas designaciones son más políticas que basadas en hechos concretos