La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) insiste en Tehuacán para reducir la actual población del Cereso de la ciudad que concentra 597 internos, lo que se traduce a una ocupación del 113 por ciento, siendo el principal factor de riesgo durante la emergencia sanitaria por COVID-19.
En el "Cuaderno Mensual de Información Estadística Penitenciaria Nacional", la organización defensora de los derechos humanos, considera que las cárceles en Puebla pueden superar el 300 por ciento de su capacidad asignada, algo que es consecuencia de la ampliación a la base de delitos que permiten las leyes para recluir a delincuentes.
El de Tehuacán es un Cereso que debe alojar 528 personas garantizando su correcto tratamiento de reinserción social; sin embargo, con 597 recluidos la estrategia se complica, sobre todo porque durante la última observación entre marzo y abril, el penal era considerado un probable punto de contagio por el virus.
De los 22 centros penitenciaros estatales, 17 tienen sobreocupación, dos lo hacen al 100 por ciento y tres aún no han sido utilizados.
Para la CNDH las cárceles de San Miguel en Puebla, Tehuacán, Ciudad de Serdán y Acatlán de Osorio, son las más propensas a convertirse en focos de infección durante la pandemia, por lo que el exhortó se hizo para tratar de reducir la población bajo métodos que garanticen la no violación de los derechos humanos.