La reciente intervención de Amina Mohammed, vicesecretaria general de la ONU, ante el Consejo de Seguridad ha puesto de relieve la alarmante situación del terrorismo en África, donde el continente se ha convertido en el principal foco de esta amenaza global
Durante una reunión convocada por Argelia, Mohammed subrayó la necesidad urgente de implementar medidas más efectivas para combatir el terrorismo, que actualmente representa el desafío más crítico para la paz y el desarrollo sostenible en la región.
Se estima que casi el 59% de todas las muertes relacionadas con el terrorismo a nivel mundial ocurren en África subsahariana. La región del Sahel se ha convertido en la "zona cero" de esta crisis, con un aumento constante en las muertes por terrorismo que supera las 6,000 anualmente durante los últimos tres años. Este incremento ha llevado a Burkina Faso a liderar las estadísticas globales de muertes por terrorismo, con un asombroso aumento del 68% en el último año.
Además, la expansión de grupos terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico se ha intensificado en los países costeros de África Occidental, donde los atentados violentos han aumentado más del 250% en solo dos años. Esta situación ha generado preocupaciones sobre la infiltración y radicalización en naciones como Ghana, Togo y Costa de Marfil.
Más allá del terrorismo, África enfrenta múltiples desafíos que agravan su situación
La pobreza extrema y la desigualdad son problemas persistentes que alimentan la inestabilidad. La marginación de los jóvenes, exacerbada por un desempleo galopante, crea un caldo de cultivo propicio para que los grupos extremistas recluten a nuevos miembros. Mohammed advirtió que si no se toman medidas inmediatas, una generación entera podría perderse ante los horrores del terrorismo.
Adicionalmente, el cambio climático está afectando gravemente a la región. Las sequías y las inundaciones han desplazado a comunidades enteras, aumentando las tensiones sociales y económicas. Esta situación se ve agravada por la falta de recursos y la corrupción endémica que impide una respuesta efectiva a estas crisis.
Mohammed delineó tres áreas prioritarias para abordar esta problemática: primero, es fundamental atacar las causas subyacentes del terrorismo, que incluyen pobreza y desigualdad; segundo, se deben implementar enfoques antiterroristas centrados en los derechos humanos; y tercero, es vital fomentar la cooperación regional entre los países africanos para garantizar una respuesta unificada y efectiva.
Bankole Adeoye, comisionado de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad de la Unión Africana (UA), aportó datos adicionales sobre la magnitud del problema. En 2023, se registraron más de 3,400 atentados terroristas en África, resultando en más de 13,900 muertes. Adeoye subrayó que es imperativo proporcionar financiación predecible y sostenible para las iniciativas antiterroristas