Tras una década de estudios y profesionalización constante; para Diego, el violonchelo, es una pasión que adquirió desde pequeño, considerando, a la música, un sinónimo de libertad.
"Tiene cosas más difíciles que por ejemplo un piano, al principio cuando se empieza a estudiar; que una guitarra, porque no hay una afinación establecida, pero todo es cuestión de trabajo, de práctica; a parte de tocar aquí, me mantengo estudiando, entonces son unas 8 horas diarias", explicó el joven músico.
Diego invita a las personas a esforzarse por sus sueños, tal y como él lo hace, diariamente. Inmerso en la música, dice, una carrera de toda la vida.
"Me han dicho muchas cosas, desde lo básico que, qué bonito tocó, ese tipo de cosas, hasta hay algunos que me quieren sacar de aquí, que me dicen, tú tienes que estar en una orquesta, a mí no me gusta tocar en orquestas, -¿a futuro no te ves como en ese tipo de ambiente musical?-. no, a mí, me gusta más la música de cámara, cosas más pequeñas", concluyó Diego.