Casi un año ha transcurrido desde que Guillermina perdió la vida siendo una víctima más de un feminicidio en Puebla y hasta el momento las autoridades no han dado respuesta a los familiares de la misma.
Fue el pasado 9 de julio del 2020, cuando pepenadores encontraron una cabeza humana en calles de la Colonia Guadalupe Hidalgo, para posteriormente encontrar diversas partes de su cuerpo en el municipio de Ocoyucan, las extremidades les fueron entregadas a la familia 12 días después, siendo el 22 de julio que le dieron sepultura, su madre la recuerda de esta manera.
"Por eso la recuerdo porque nunca me dejó sola, ella me anduvo acompañando en lugares que me mandaba, ella estuvo conmigo y por eso ahorita, pues si me duele su muerte".
Desde un inicio las autoridades no le supieron dar una respuesta favorable a doña María del Carmen, con el objetivo de dar con el o los paraderos de los posibles asesinos de su hija, por lo que inclusive el cuerpo no iba completo al momento de ser entregada a familiares.
"El día viernes me hablan, que fuera yo a identificar bueno un cuerpo que podría ser ella con las características que di, podría ser mi hija".
A casi un año de la desafortunada muerte de Guillermina, las autoridades no han dado pruebas a la familia, no los han llamado a traer y ni siquiera les han dado el posible paradero de alguien que haya cometido este atroz crimen en contra de Guillermina.
"Nos dijeron que nos iban a apoyar y todo eso pero pues no y la verdad ahorita también, bueno mi tía en ese tiempo que anduvimos dijo que a ella lo que le importaba pues era ahora sí que enterrar a su hija aunque sabemos que no fue completa , pero pues si, ella dijo que no iba a promover nada, así que solamente se lo dejar a Dios".
Al igual que la familia de Guillermina son cientos de casos en Puebla tanto de feminicidio como de otros crímenes que las autoridades poblanas deciden dar carpetazo y se olvidan, dejándolos en el limbo, mientras las familias buscan la manera de dar con alguna prueba para hallar el paradero de los responsables. Y que haya justicia